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lunes, 15 de mayo de 2017

“Una voz silenciosa” y el viaje del friki: una historia del Konnichiwa Fest en provincia



La experiencia.


Comenzaré diciendo que se confirma un tercer fin de semana de proyecciones en Cinepolis seleccionados alrededor de la república, por lo que el 20 y 21 de mayo podrán disfrutar de esta cinta. Además, hace un par de horas, junto a este anuncio, se hizo público que se lanzará #pronto el Blu-ray de la misma.

Debo aclarar que no me considero un aficionado a las series y películas japonesas, aunque si de la animación y el cine en general, por lo que he hecho caso a recomendaciones y he podido disfrutar de algunas series y películas, así también de cintas live-action japonesas y me parece realmente interesante conocer ciertos aspectos de la cultura japonesa a través del séptimo arte.

Mi experiencia con “Una voz silenciosa” (Koe no Katachi) comienza desde tener el tiempo de ir a verla, ya que el primer fin de semana me fue imposible: además, viviendo en provincia, en mi ciudad el Cinepolis más cercano está a unos cuarenta minutos en automóvil, lo que implica disponer de un poco de tiempo adicional para el traslado; no se diga los gastos de transporte, que bien o mal, disminuyen si uno maneja su propio auto, aun así tuve que pagar las casetas: no es ningún drama, es simplemente establecer el background anecdótico.

Siempre previendo cualquier eventualidad, llegué una hora antes; al adquirir los boletos de entrada, la chica de la taquilla me advirtió “pero es de $70”: en un principio no escuché claramente lo que me dijo, así que lo volvió a repetir y comprendí que se refería al costo del boleto. Esto es importante debido a que el acceso a cualquier otra película era menor y no dudo que pudiera llegar a ser un motivo por el que alguien se desanimara.

Por otro lado, el día domingo 14, había solamente dos funciones: la primera subtitulada y más tarde se proyectaría la versión doblada al español, por lo que suponía la gente, como yo, consideraría ésta su última oportunidad de poder ver la cinta en salas, lo que propiciaría una afluencia mayor de espectadores. Sin embargo, la sala para 117 personas apenas estuvo a dos tercios de su capacidad (aproximadamente), lo cual para mí fue una sorpresa, ya que esperaba menos asistentes. 
Algo curioso que noté es que entre los asistentes había algunas familias completas, padres e hijos, además de algunas parejas jóvenes y por supuesto, predominaban los grupos de amigos jóvenes.
Todos fuimos cautivados por la temática de la película desde los primeros segundos, y salvo al final que se escucharon algunos comentarios “aleccionadores” de una madre a su hijo, el silencio solamente se rompió por algunas risas en momentos cómicos, y aunque hubo un momento en que sentí un nudo en la garganta durante el clímax, hubo muy pocos sollozos, casi ninguno.


Análisis y opinión (CONTIENE SPOILERS)


La narrativa de la cinta atrapa al espectador desde el primer momento, y lo lleva por una serie de situaciones que lo envuelven en un remolino de sentimientos, que parten de la angustia, pasan por los tintes cómicos y terminan en la satisfacción de un final feliz (se los advertí).

La trama parte de dos temas que han acaparado los medios: el bullying o acoso escolar y el suicidio. Sin embargo, conforme fue avanzando la trama, me fui dando cuenta de que la obra plantea el amor propio, o más bien, la falta de éste, cómo el origen de estos dos problemas sociales. 
Sin embargo, a diferencia de series y películas que EXPLOTAN IRRESPONSABLEMENTE EL MORBO sobre el tema del suicidio para ser exitosas, “Una voz silenciosa” lo usa como un recurso dramático que queda en segundo plano, y centra al espectador otros temas igual de importantes: el respeto, la amistad, el amor propio, la inseguridad y las consecuencias de nuestros actos. Personalmente creo que dejaron fuera la cuestión de las consecuencias de la omisión de acción ante el acoso escolar y que es igual de importante que la educación preventiva.



La narrativa no linear es una atractiva forma de contar la historia y hace uso de una estupenda animación, con recursos visuales interesantes, así como con fondos foto-realistas que muy probablemente presentan locaciones que realmente existen, como es común ver en animaciones japonesas.

Una obra que vale la pena ver: los más jóvenes deberían de hacerlo acompañados de un adulto, ya que son temas que deberían de verse y tratarse en familia. Y que mejor manera que haciendo el esfuerzo de apoyar el anime legal para que este tipo de cintas sigan siendo proyectadas poco a poco en más salas, como parte de la cartelera de rutina y no tan solo como proyecciones especiales.