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miércoles, 19 de diciembre de 2007

De cine y otras Fechorías

Brazil
Por Jefe Maestro

Hablemos de tuberías



Así comienza su discurso consumista un anunciante en la televisión tras los aparadores de una tienda quien nos ofrece la variedad más amplia de tuberías para el hogar, mientras en nuestra cabeza se cuece el concepto de que este es un mensaje absurdo y ridículo una gran explosión nos da una bofetada cerebral, así de súbita comienza la película y tenemos que prepararnos para un film que no es fácil de digerir por las grandes masas, esas que se sumergen en las profundidades del cine comercial.


De entrada la historia de Brazil es una historia con muchos matices, un extraño y deprimente universo futurista donde reinan las máquinas y la burocracia incesante, nos muestra un estado policíaco claramente influido por el mundo Orwelliano de 1984, debemos prepararnos y ser lo más locuaces posible si queremos entender todo lo que se pueda de esta obra, es desquiciante, desenfrenada y logra que a partir del ridículo, lo absurdo y lo irreal se suceda la tragedia, ¿Cómo describir si no que una simple mosca, aplastada por un oficinista que cae muerta en una máquina que lleva los registros y que provoca un corto-circuito cambiando el nombre del guerrillero Harry Tuttle tranquilo padre de familia Harry Buttle,? La policía arresta a una persona inocente y muere en sus manos.



Nuestro protagonista es un burócrata mediocre, sin aspiración o sueño alguno, su nombre es Sam Lowry (interpretado estupendamente por Jonathan Pryce) quien se encarga de devolver un recibo (pues en esta sociedad del futuro los detenidos tienen que hacerse cargo de los gastos de arresto) a la familia de la víctima, pero la hacerlo conoce a Jill Layton (Kim Greist) la mujer que incesantemente ve en sus sueños, mientras va tras ella se convierte en el cómplice y amigo del guerrillero Harry Tuttle, interpretado magistralemente por un Robert de Niro en estupenda forma.


Esta es una película completamente inclasificable. En parte comedia- una comedia completamente negra- y en parte drama, llena de elementos barrocos, donde Sam busca consuelo ante el gris y deprimente mundo en el que vive, un mundo en el que tanto en sus sueños como en la realidad irremediablemente termine por enfrentarse.


Ciertamente, puede resultar odiosa para parte del público (para gran parte) y apasionante para la otra, pero lo que es innegable es que como esta no hay otra película, es innovadora, atrevida, cínica, descarada y abrumadora en su planteamiento. Brazil es también ciencia ficción y cine negro,incluso tiene la cualidad de hartarnos sin que decaiga nuestra atención, y esto es un recurso bastante hábil de su director Terry Gilliam, y es que la idea parte de una premisa interesantísima, ya que el contexto donde se desarrolla una tediosa y cargante historia central es simplemente brillante, claustrofóbico y único a partes iguales, que no pierde vigencia a pesar de tener ya varios años de haberse filmado, su colorido e imaginación visual es sorprendente, todo un logro en el diseño de producción, los escenarios retrofuturistas enmarcan perfectamente la apatía de una sociedad donde las diferencias son excesivamente marcadas, pues la clase media es una clase sumida en la impotencia por no poder hacer nada ante un estado policíaco represor, que parte de la premisa de que sin trámites no seríamos nada y no tendríamos futuro burocracia, en pocas palabras. Un panorama desolador.



Definitivamente esta no es una película fácil de comprender y absorber, es posible que se necesite verla por lo menos dos veces para ver un significado más acorde al razonamiento de cada uno, sin duda será del agrado de todos aquellos lectores de comics más sumergidos en el género Indie o de ciencia ficción, que les guste la danza perfecta de imaginación que sólo Brazil es capaz de ofrecernos.


Ficha Técnica:


TÍTULO ORIGINAL: Brazil

AÑO: 1985

PAÍS:

DIRECTOR: Terry Gilliam

GUIÓN: Terry Gilliam, Tom Stoppard, Charles McKeown

MÚSICA: Michael Kamen

FOTOGRAFÍA: Roger Pratt

1 comentario:

Carlos Ramirez dijo...

Como me encanta esta pelicula, Terry Gilliam siempre hace filmes excelentes.

Muy buena columna.