De cine y otras Fechorías

Por Jefe Maestro

Nota Aclaratoria: Por error de administrador del blog (Lease Etazul) no se publicó en tiempo y en forma esta columna. Ofrecemos una disculpa al escritor y procuraremos que no se vuelva a suceder.

En una mañana muy tranquila y apacible Jeffrey Beaumont va al hospital a visitar a su padre enfermo, en el camino de regreso entre los arbustos, encuentra una oreja humana, la recoge en una bolsa de papel y la lleva a la estación de policía a mostrársela al detective Williams quien además es el padre la novia de Jeffrey, siendo l tipo de suceso tan poco usual en un pueblo pequeño Jeffrey y su novia deciden investigar por su cuenta motivados por el morbo y el aburrimiento, en su investigación descubren la pista que los lleva a la cantante Dorothy Vallens, quien vive en un departamento oscuro en el séptimo piso de un edificio. Dicho departamento está envuelto de un ambiente sórdido, producto del asedio que un terrible sociópata llamado Frank Booth propina a Dorothy. Poco a poco el ambiente se degrada y una espiral de violencia y sexo perverso se desata entre todos los involucrados, incluyendo a Jeffrey, quien tendrá que tomar decisiones muy difíciles.

Esta película cuenta en la dirección con el estupendo oficio de David Lynch quien mantiene su ya acostumbrado estilo extraño y poco lineal al momento de narrar esta historia que se ha convertido ya en un filme de culto, en lo particular pienso que la mayor cualidad de la película consiste en hacer un manejo muy elaborado de los personajes que en su mayorìa son unidimensionales, es decir comunes y fáciles de digerir para el espectador promedio siendo el protagonista de la historia el único con más matices y elementos que enriquecen y dan complejidad a su personaje, hace que centremos nuestra atención en él y no en la pobre cantante cuyos hijos han sido secuestrados, lo cual no significa que ella y su sufrimiento sean un elemento meramente decorativo en la trama, más bien es la válvula que desata todo; difícilmente nuestra atención irá decayendo, pues la narración y estilo cinemátográfico que imprime David Lynch son de un enfoque poderoso, seductor, en resumen una ejecución llena de fluidez y habilidad.

Se ha acusado varias veces a Lynch de hacer uso y fomentar la violencia gratuita cómo un método para despertar el morbo del espectador y de esta manera lograr que se hable de sus películas, pienso que esto es cierto hasta cierto punto, pues si bien es verdad que la violencia es prácticamente omnipresente en casi todas sus obras dudo mucho que en Blue Velvet sea utilizada para irritar el ámpula moral de los espectadores, más bien acude a explotar un recurso que irremediablemente se encuentra en el medio ambiente cotidiano de cientos, miles de poblaciones, basta con hojear cualquier periódico para percatarnos que la violencia siempre está ahí y que de una forma u otra terminan siendo atrayentes; por eso es casi inevitable el no perder de vista a los dos personajes jóvenes, pues su ingenuidad e inocencia se pierden mediante un proceso duro y agobiante.

Sin duda una película interesante, seductora que rebasa fehacientemente (y no los necesita) los estereotipos de las películas policiacas y de suspenso.

FICHA TÉCNICA:

PAÍS E.U.A

DIRECTOR David Lynch

GUIÓN David Lynch

MÚSICA Angelo Badalamenti

FOTOGRAFÍA Frederick Elmes

REPARTO Isabella Rossellini, Dennis Hopper, Kyle MacLachlan, Laura Dern, Dean Stockwell, George Dickerson, John Nance