Columna DC : Por Don Diavolo

The Filth pasó un poco desapercibida por los lectores que toman a DC desde su etapa más madura. Son trece episodios fármaco modernistas que nos presenta la editorial Vertigo, escrita por Grant Morrison e ilustrada por Chris Weston y Gary Erskine.

El Asco social moderno de la vida aparentemente cotidiana de algunos personajes que desconocen su origen hasta que se ven envueltos en la decadente pastura social. En primerísimo lugar aparece Greg Feely, un norteamericano panzón que desconoce que es miembro de una organización terrorista mejor conocida como `The Hand, pues ha olvidado que Ned Slade es él mismo. The Hand lo toma por sorpresa mientras su aseo cotidiano queda pendiente.

El sistema de antibióticos degradados es la inspiración principal que toma Morrison para presentar la historia, desde el estado apático del ser humano, hasta emociones que hieren profundamente los sentimientos de los lectores; la manera arriesgada de obligar a verse identificado ya sea con el mono stalinista que se convierte en francotirador por ser demasiado racional, o el actor pornográfico que eyacula esperma negro.

The Filth es la vacuna que proporciona el autor para sanar las heridas de la cultura occidental, es la vitamina que inyecta una dosis hiper moderna para mostrar las deficiencias emocionales con metáforas y símbolos que no muchas veces se perciben a simple vista donde la violencia fantástica de la cultura del entretenimiento favorece a la explotación, mientras la nebulosa sociedad se pudre por otro lado.

The Hand representa al sistema inmunológico en la persona, todas las defensas naturales que se lleva en la naturaleza orgánica, el cuerpo es entonces la sociedad con una temperatura hiper alterada, dependiendo si hay factores que comiencen a degradar el sistema que no se ha vacunado, y que tampoco le interesa sanarse pues la enfermedad social es otra de las conocidas enfermedades silenciosas.

The Hand es la organización que toma de la mano al lector para demostrarle que puede ser sanado, siempre y cuando tenga claro que pertenece a las organizaciones futuristas que irrumpen en el hogar cuando la salvación contemporánea ha perdido de vista la fe y la moral por así llamarlo desde la perspectiva Morrison.

The Filth no está inventando la historia Morrison no ha inventado el hilo negro, sus palabras no son enemigo de la verdad, son la verdad con todo lo que ello conlleva la historia de la sociedad americana y británica. Y si las historias tuvieran motivos para despedirse, éste sin duda sería el momento menos oportuno para decir que su antiquísima forma ha dejado de ser la misma desde que se unieron los elementos textuales para distinguir entre miradas hambrientas y sociedades que consumen artificialmente sabores que recuerdan las versiones que se ha opuesto a la anatómica manera de presentar su origen.