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miércoles, 3 de diciembre de 2008

Primera entrega "Desde la cueva".

¡Saludos!
Esta es el primero de una serie de posts muy personales. Generalmente escribo la nota del día, alguna entrevista o en la mayoría de los casos reseñas sobre cómics que he leído.

En esta serie de posts quiero hablar sobre lo que más me gusta de leer cómics. Me refiero a todo lo que hay alrededor del ritual de la visita a la tienda de cómics, el asistir a las convenciones, el conocer y platicar con los autores… en fin, el placer obtenido de la lectura.
Creo que este es el lugar ideal para esta sección y aquí se quedará mientras tenga material y anécdotas que compartir, así que aquí expondré mi lado más “friki”. Aunque en varios posts mostraré cómics de Batman, no se limitarán a ellos, ya que me gusta leer muchos otros títulos.

Espero que si se identifican con los posts, comenten, y si no les gustan, pues también comenten.


Cada quien tiene sus pequeñas excentricidades.

Pues inauguro esta columna con uno de los ejemplares que más valoro.
El aprecio que le tengo no tiene mucho que ver con su antigüedad o rareza, simplemente por las curiosas circunstancias bajo las cuales me hice de él. Además, si no mal recuerdo, en este número conocí los “Annuals” de DC y a partir de ahí, desarrollé una fijación por conseguir el mayor número posible de este tipo de ejemplares de cualquiera de los personajes que se hayan impreso. Lo que me gusta de los Anuales es que en ese entonces eran temáticos; todos los anuales de 1995 presentaron historias “Year One” de sus distintos personajes, esto haciendo alusión directa a la obra de Frank Miller “Batman: Year One” en donde se narra el primer año de actividades del personaje.


Este ejemplar como lo podrán deducir, trata sobre el origen de “Scarecrow”.

Este cómic pertenecía a un muy buen amigo que ya llevaba varios años coleccionando; por más que le insistí en que me lo vendiera, no accedió de primera instancia, hasta que le propuse que se lo cambiaba por un cómic que a él le interesara: siendo él super-fan de Spider-man, me pidió “Spider-man: The Parker Years”, un comic noventero que para esas fechas acaba de salir y que efectivamente yo había tenido en mis manos… sin embargo lo había vendido a un conocido. Como buenos “frikis” negociamos hasta llegar a un callejón sin salida: no habría Batman si no había Spider-man.

Fue ahí donde cometí uno de los errores más grandes de mi vida (fíjense que fatalismo): para hacerme nuevamente de “The Parker Years” tuve que llegar a un trato, el cual curiosamente también era hacer un “cambalache”, el cual consistía en intercambiar el cómic de Spiderman por el tomo 2 de “Atracciones Fatales” publicado por Vid. Al fin que Vid tiene tiendas donde se consigue TODO lo que ha publicado, dije yo…

La historia no termina tan mal; me hice de Batman Annual #19 (aunque luego lo publicó Vid dentro de una serie de especiales llamados “Cuatro de una especie”) y mucho tiempo después me pude hacer del cómic que había perdido.

2 comentarios:

El Pipiripau (ikoon) dijo...

Qué chido post... me parece perfecto que compartas tu experiencia como comiquero...

Yo sólo tuve el tomo 1 de Atracciones Fatales... nunca encontré el 2 cuando salieron...

Acabas de exponer un aspecto que creo que es común en la mayoría de las amistades que coleccionan comics y es el intercambio de ejemplares; la mayoría de mis cuates comiqueros han cambiado, prestado y vuelto a cambiar un sinfín de números con el propósito de completar sus colecciones...

Chido! Saludos!!!

VÍC § dijo...

Pues yo tengo los dos tomos que publicó Vid, si alguien quiere hacer negocio y tiene una oferta interesante pues...