Cristóbal el Brujo
Por: Mario González
Una de las mejores propuestas de cómics mexicanos de los últimos tiempos es sin duda Cristóbal el Brujo, una historieta que hereda el realismo mágico de Juan Rulfo, Alejo Carpentier, entre otros y que plasma a las tradiciones, mitos y leyendas de la provincia mexicana mediante un personaje que viaja por el país resolviendo entuertos que tienen que ver con seres fantásticos y mitológicos muy arraigados a las costumbres locales de los pueblos que visita Cristóbal.
Es un cómic creado y desarrollado por Edgar Olivares, Federico Aguilar y Luis Villegas, de forma casi artesanal que visualmente pareciera usar técnicas de serigrafiado para darle una identidad más regional, bohemia y antigua.
Cristóbal es un brujo típico mexicano, pícaro, yerbero, taimado y conocedor de las tradiciones locales, elementos que utiliza para enfrentarse a demonios, fantasmas, nahuales y demás seres mágicos extraídos de las creencias populares de las distintas regiones del país, mismas que recorre en busca de aventuras.
Para la realización de cada número (que es autoconclusivo) hay un trabajo de investigación que incluye visitas a los lugares donde se desarrollará la trama y entrevistas con sus habitantes por lo que las ilustraciones reflejan casi en su exactitud el entorno y ambiente que podemos encontrar si fuéramos nosotros mismos a esos sitios.
En cada número de Cristóbal se incluyen varios extras que resultan muy útiles y agradables, como un glosario y un bestiario en los que se explica con mayor profundidad al ser mágico que aparece en la historia y diversos costumbrismos, una reflexión sobre algunos de los aspectos que toca la trama y que va relacionada con el sincretismo propio de las tradiciones que convergen en la narrativa, así como colaboraciones de distintos artistas, ya sea en la historia misma o ilustrando el bestiario o lugar donde se desarrolla la trama, que enriquecen a la publicación.
No está por demás mencionar que se pueden encontrar dos presentaciones de Cristóbal el Brujo, tamaño revista y un formato mini (serían los equivalentes de los tamaños Avestruz y Colibrí de la antigua Editorial Novaro), así como ediciones limitadas con portadas artesanales y figuras del personaje que se pueden adquirir directamente en su sitio web, www.ensamblehistorietas.com
El problema con el cómic es que hay pocos números (sólo 6), no tiene una periodicidad y tampoco cuenta con una distribución que facilite su adquisición por lo que hay que estarlo cazando en alguna exposición (como la que hubo en Tecámac), alguna librería de CONACULTA o directamente en su sitio web.
Una lectura muy recomendable para todo público y que sería muy interesante ver que calificación le daría el Cacha en su cachámetro, tal vez 5 memines.
2 comentarios:
No he tenido la oportunidad de conseguirlos, pero he leido criticas muy buenas, dan ganas de leerlo.
Muy buena columna, felicidades.
Gracias Cacha!!
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