La experiencia.
Comenzaré diciendo que se confirma un tercer fin de semana
de proyecciones en Cinepolis
seleccionados alrededor de la república, por lo que el 20 y 21 de mayo podrán
disfrutar de esta cinta. Además, hace un par de horas, junto a este anuncio, se
hizo público que se lanzará #pronto el Blu-ray de la misma.
Debo aclarar que no me considero un aficionado a las series
y películas japonesas, aunque si de la animación y el cine en general, por lo
que he hecho caso a recomendaciones y he podido disfrutar de algunas series y
películas, así también de cintas live-action japonesas y me parece realmente interesante
conocer ciertos aspectos de la cultura japonesa a través del séptimo arte.
Mi experiencia con “Una voz silenciosa” (Koe no Katachi)
comienza desde tener el tiempo de ir a verla, ya que el primer fin de semana me
fue imposible: además, viviendo en provincia, en mi ciudad el Cinepolis más
cercano está a unos cuarenta minutos en automóvil, lo que implica disponer de
un poco de tiempo adicional para el traslado; no se diga los gastos de
transporte, que bien o mal, disminuyen si uno maneja su propio auto, aun así
tuve que pagar las casetas: no es ningún drama, es simplemente establecer el
background anecdótico.
Siempre previendo cualquier eventualidad, llegué una hora
antes; al adquirir los boletos de entrada, la chica de la taquilla me advirtió
“pero es de $70”: en un principio no escuché claramente lo que me dijo, así que
lo volvió a repetir y comprendí que se refería al costo del boleto. Esto es
importante debido a que el acceso a cualquier otra película era menor y no dudo
que pudiera llegar a ser un motivo por el que alguien se desanimara.
Por otro lado, el día domingo 14, había solamente dos
funciones: la primera subtitulada y más tarde se proyectaría la versión doblada
al español, por lo que suponía la gente, como yo, consideraría ésta su última
oportunidad de poder ver la cinta en salas, lo que propiciaría una afluencia
mayor de espectadores. Sin embargo, la sala para 117 personas apenas estuvo a
dos tercios de su capacidad (aproximadamente), lo cual para mí fue una
sorpresa, ya que esperaba menos asistentes.
Algo curioso que noté es que entre
los asistentes había algunas familias completas, padres e hijos, además de
algunas parejas jóvenes y por supuesto, predominaban los grupos de amigos jóvenes.
Todos fuimos cautivados por la temática de la película desde
los primeros segundos, y salvo al final que se escucharon algunos comentarios
“aleccionadores” de una madre a su hijo, el silencio solamente se rompió por
algunas risas en momentos cómicos, y aunque hubo un momento en que sentí un
nudo en la garganta durante el clímax, hubo muy pocos sollozos, casi ninguno.
Análisis y opinión (CONTIENE SPOILERS)
La narrativa de la cinta atrapa al espectador desde el
primer momento, y lo lleva por una serie de situaciones que lo envuelven en un
remolino de sentimientos, que parten de la angustia, pasan por los tintes cómicos
y terminan en la satisfacción de un final feliz (se los advertí).
La trama parte de dos temas que han acaparado los medios: el
bullying o acoso escolar y el suicidio. Sin embargo, conforme fue avanzando la
trama, me fui dando cuenta de que la obra plantea el amor propio, o más bien,
la falta de éste, cómo el origen de estos dos problemas sociales.
Sin embargo,
a diferencia de series y películas que EXPLOTAN IRRESPONSABLEMENTE EL MORBO
sobre el tema del suicidio para ser exitosas, “Una voz silenciosa” lo usa como un recurso dramático que queda en
segundo plano, y centra al espectador otros temas igual de importantes: el
respeto, la amistad, el amor propio, la inseguridad y las consecuencias de
nuestros actos. Personalmente creo que dejaron fuera la cuestión de las
consecuencias de la omisión de acción
ante el acoso escolar y que es igual de importante que la educación preventiva.
La narrativa no linear es una atractiva forma de contar la
historia y hace uso de una estupenda animación, con recursos visuales
interesantes, así como con fondos foto-realistas que muy probablemente
presentan locaciones que realmente existen, como es común ver en animaciones
japonesas.
Una obra que vale la pena ver: los más jóvenes deberían de
hacerlo acompañados de un adulto, ya que son temas que deberían de verse y
tratarse en familia. Y que mejor manera que haciendo el esfuerzo de apoyar el
anime legal para que este tipo de cintas sigan siendo proyectadas poco a poco
en más salas, como parte de la cartelera de rutina y no tan solo como
proyecciones especiales.